En la primera de las dos noches, en las cuales despidieron este intenso 2015, Guasones hizo de las suyas durante dos horas. 23 años de trayectoria permiten que los platenses hagan un picado de canciones que difícilmente tendrá baches, del rock and roll a baladas de amor, una de las especialidades de este cuarteto, que en momentos del show se convierte en una big bang de 10 músicos.
“Pobre tipo” y “Ya estoy subiendo”
fueron las primeras canciones que abrieron el concierto minutos después de las
9, lo que obviamente hizo que los rezagados apuren el paso para no perderse
nada. “Farmacia”, “Pasan las horas” y “Me muero” son los clásicos que nunca
fallan y generan los mayores pogos de la noche, a esa altura Soto, frontman de
la banda, estaba endemoniado paseando por el escenario de lado a lado.
Hubo pocos parates entre tema y
tema, y los agradecimientos fueron muy escuetos, algo a lo que Guasones nos
tiene acostumbrados, siempre lejos de los flashes y dedicándose solo a hacer
música, algo que muchos deben copiar. “Esperándote” diÓ lugar a que las
parejitas se tomen un respiro y tengan su momento íntimo de amor, otros
aprovecharon para tomar algo previo a la embestida final.
Coti Sorokin fue uno de los
invitados especiales, quien aportó guitarras y voces, a uno de los grandes hits
de la década pasada, “Reyes de la noche”. Anteriormente había pasado gente de
Leguero para sumarse a una furiosa versión de “Desiree”.
“Baila baila”, “Dame” y “Amaneciendo”
oficiaron de cierre de un show caliente que fue tomando vuelo canción a
canción. Guasones es una banda sólida, la cual hace su trabajo y se va sin
pedir nada a cambio y sin buscar demasiada parafernalia. Es válido resaltar que
lograron sostener su carrera durante mucho tiempo, y no fueron banda de un hit
y nada más. Nosotros como público también estamos conformes porque un golpazo
de rock and roll siempre viene bien y nunca va a sobrar.
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